Comenzaremos nuestra andadura
Europea por la segunda ciudad más pequeña del mundo; Mónaco. Esta ciudad es
conocida por las grandes fortunas que residen allí pero tiene otros muchos
encantos como el Palais Princier, (sede del
Gobierno), la catedral neoclásica y el museo Oceanográfico.
Seguiremos nuestro
viaje por Suiza; concretamente en la ciudad de Berna. Esta ciudad se
caracteriza por su historia reflejada en su casco antiguo, la catedral de San
Vicente, el Parlamento de Berna que resalta por sus cúpulas de cristal y los
escudos de armas de los 23 cantones suizos, y por ultimo no os podéis marchas
sin visitar el museo Histórico y el de Einstein que están contiguos.
Más tarde, continuaremos nuestro
trayecto en Salzburgo, una de las ciudades más relevantes de Austria. Cuenta
con varios lugares de interés, tales como la Fortaleza Hohensalzburg, la Casa
Natal de Mozart y el Palacio y los Jardines de Mirabell. En cuanto a museos, no
os podéis marchar de Salzburgo sin haber visitado el Museo Salzburgo.
Una vez visto Salzburgo,
pasaremos al país vecino; Chequia, donde visitaremos su capital; Praga. Todo lo
que tenéis que visitar se encuentra ubicado en el centro de la ciudad, comenzaremos
el paseo por la Torre de Pólvora localizada a la entrada de Ciudad Vieja, donde
llegareis a la Plaza de la Ciudad Vieja, donde se dislumbrara el Puente de
Carlos, puerta del barrio Mala Strana y por último el Castillo de Praga.
El último destino del viaje es
Varsovia, capital y ciudad más poblada de Polonia. Polonia cuenta con
varios lugares de interés relevantes, tales como el lujo Parque Real de
Lazienki y el Palacio de la Cultura y la Ciencia. La ciudad cuenta con diversos
museos; los más famosos son el museo Palacio de Wilanow, el Museo de Alzamiento
de Varsovia el Museo Nacional y el Museo de Fryderyk Chopin.
A modo de redondear nuestra experiencia
por Europa os queremos comentar los platos más típicos de cada ciudad visitada.
En Mónaco es típico la pasta con la salsa Monaguesca y como dulce el Fougasse. En
Berna degustamos Älplermagronen (gratinado de patatas,
macarones, queso, nata y cebollas) y de postre el famoso chocolate suizo. En Salzburgo
comimos el típico estofado con la cerveza típica de allí y como postre
degustamos el dulce típico en honor a Mozart; Mozartkugel. En Praga comimos la típica
sopa llamada Kulajda y de postre Palačinky (crepe relleno). Y por último en Varsovia consumimos
el Pierogi(raviolis rellenos de ingredientes típicos del país) y como postre los
Paczki( bollos rellenos de mermelada de frutas).
